"Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá jamás”. Juan 11:25-26
El 6 de enero perdimos a nuestro sobrino y ahijado. Me ha tomado todo este tiempo encontrar la fuerza en medio del dolor para escribir sobre ello. Pero siento que necesito hacerlo para honrar su memoria.
Conocí a Norlys cuando tenía cuatro añitos. Llegó de Cuba en 1984, junto con su hermano de seis años y sus padres. Era divertido, travieso, dulce y cariñoso. Tenía debilidad por su tío, y yo tenía debilidad por él. Rafe y yo nos sentimos honrados cuando sus padres nos pidieron que fuéramos sus padrinos.
Como jóvenes recién casados y sin hijos, nos encantaba llevar a Yordys y Norlys de paseo. Tenemos recuerdos de llevarlos al Seaquarium, Parrot Jungle, parques, la playa y otros lugares divertidos.
En 1986, adoptamos a un perrito, Brandy. Norlys adoraba a ese perro.
Norlys encontró su pasión en las artes marciales durante su adolescencia, llegando a conseguir la cinta negra en Karate. Incluso enseñó durante algún tiempo. También era muy inteligente y dedicado a sus estudios. Obtuvo una licenciatura de FIU en Administración de Empresas. Luego consiguió un gran trabajo con la compañía de seguros, State Farm.
Este fin de semana pasado, mis hijos vinieron a estar con la familia y celebrar la vida de su primo. Estaban recordando cómo, a pesar de que él era una década o más mayor que ellos, siempre hacía tiempo para jugar con ellos. A mi hijo menor, Alex, que tiene 15 años menos que Norlys, le encantaba quedarse a dormir en su casa pues le gustaba jugar videos con sus primos mayores.
Mientras Norlys aún trabajaba en State Farm, comenzamos a notar algunos comportamientos extraños. Esto hizo que perdiera su trabajo. Finalmente, a la edad de 29 años, le diagnosticaron con una enfermedad mental conocida como trastorno bipolar.
Mientras navegábamos por el mundo de las enfermedades mentales, aprendimos cuán roto está el sistema. En lugar de ayudar a las personas que padecen esta horrible enfermedad, se crean barreras que a veces son insuperables. Los seguros médicos no pagan lo suficiente, por lo que causan a que la mayoría de los mejores psiquiatras no acepten seguro médico. Esto obviamente no ayuda a la mayoría de las personas que no pueden pagar los honorarios para poder recibir el tratamiento adecuado. Si un paciente adulto no da su consentimiento para que otra persona tome decisiones por él, ni siquiera los padres pueden ayudar. Aunque lo más probable es que el paciente no esté en el estado mental adecuado para tomar decisiones por sí mismo, el sistema impide por completo que cualquier otra persona le ayude.
Los últimos catorce años fueron como una montaña rusa para Norlys. Nunca aceptó por completo de que lo que él tenía era una enfermedad. Iba de médico en médico, a veces recibiendo el tratamiento adecuado y otras veces no.
El 6 de enero salió de su casa temprano en la mañana. Para el mediodía, su madre estaba muy preocupada porque no podía localizarlo, y era extraño que dejara solo a su cachorro de siete meses durante tanto tiempo. A las 3:30 pm, la policía se presentó en su casa para confirmar sus peores temores. Norlys se nos había ido para siempre.
Hemos pasado los últimos diez días preguntándonos si había algo más que pudiéramos haber hecho. Y volvemos con la misma respuesta cada vez. El ya era un adulto y no podíamos obligarlo a obtener la ayuda que necesitaba. Tratar de convencerlo cuando en su mente estaba mejorando era imposible. Lo único que nos quedan ahora son los recuerdos y la convicción de que está en un lugar mejor donde ya no sufre más.
Su hermano mayor nos pidió que “recordáramos a Norlys por quién era, no por cómo actuaba debido a su salud mental”. Y eso es lo que haremos. Siempre recordaremos al dulce niño que robó nuestros corazones, al adolescente que se tomó el tiempo para jugar con sus primos más jóvenes, al joven adulto que amaba las artes marciales y al adulto que se esforzó tanto por hacer del mundo un lugar mejor dedicando su tiempo a llevarle comida y biblias a los pobres sin hogar en las calles de Miami.
Descansa en paz querido Norlys. Te marchaste de nuestro lado demasiado pronto, pero nunca te olvidaremos y esperamos con la ayuda De Dios que nos volveremos a ver.
¡¡¡Te amaremos siempre!!!
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